Amianto en viviendas antiguas

Amianto en viviendas antiguas: ¿hay que retirarlo al hacer reformas?

En Decersa, especialistas en retirada y gestión de amianto, sabemos que el amianto en viviendas antiguas y reformas suelen ir de la mano: cuando se abre un falso techo, se pican alicatados o se sustituyen bajantes, aparecen materiales que estuvieron muy presentes en la construcción del siglo XX. La gran duda es lógica: ¿hay que retirarlo siempre? La respuesta corta es “no necesariamente”, pero hay matices clave. En esta guía te explicamos, con lenguaje claro, cuándo se debe retirar, cuándo puede mantenerse encapsulado, qué exige la ley en España y cómo planificar una reforma segura y conforme a normativa.

Antes de empezar: identificar y evaluar sin alarmas

El primer paso en cualquier reforma es saber qué hay. En edificios anteriores a la prohibición del amianto, es relativamente frecuente encontrarlo en fibrocemento (uralita) de cubiertas y bajantes, depósitos, jardineras, suelos vinílicos antiguos y sus adhesivos, juntas y masillas, aislamientos térmicos de calderas y tuberías, o en ciertos paneles acústicos. Si el inmueble es de esas épocas, conviene planificar una evaluación previa en la que un técnico identifique materiales sospechosos y, si procede, se confirme su composición mediante análisis. Esta identificación antes de demoliciones o mantenimientos no es una cortesía: el Real Decreto 396/2006 exige adoptar medidas para identificar materiales con amianto antes de iniciar esos trabajos.

¿Retirar siempre? La clave está en el estado y en la obra prevista

La presencia de amianto por sí misma no obliga automáticamente a retirarlo. Los materiales instalados antes de la prohibición pueden permanecer hasta el final de su vida útil si están en buen estado y no hay riesgo de liberación de fibras al ambiente. Eso sí, si la reforma va a cortar, taladrar, demoler o impactar sobre esos materiales, la situación cambia: habrá riesgo de emisión de fibras y habrá que encapsular, confinar o retirar siguiendo procedimientos reglados. Dicho de otro modo, no es el calendario el que manda, sino el estado del material y la interferencia de la obra. Esta orientación coincide con los criterios del INSST, autoridad técnica en prevención de riesgos laborales en España.

¿Quién puede intervenir y cómo? RERA y plan de trabajo

En España, los trabajos con riesgo de exposición al amianto solo pueden realizarlos empresas inscritas en el Registro de Empresas con Riesgo por Amianto (RERA) y, además, con un plan de trabajo específico aprobado por la autoridad laboral antes de empezar. Ese plan detalla el método (retirada, encapsulado, confinamiento), las medidas de protección, la gestión de residuos y la “liberación” final del área. La propia norma prevé, por ejemplo, que antes de demoler haya que eliminar el amianto cuando hacerlo sea más seguro que dejarlo in situ, y que al terminar haya que asegurarse de que no existen riesgos por exposición en el lugar de trabajo. No es un formalismo: es la hoja de ruta para que la obra sea segura y trazable.

¿Qué materiales son más problemáticos?

A grandes rasgos, diferenciamos materiales friables (se desmenuzan con facilidad y liberan fibras con mayor probabilidad) y no friables (el amianto está firmemente unido a una matriz, como el fibrocemento). En viviendas, lo más habitual es encontrar materiales no friables (uralita en cubiertas y conducciones, bajantes, jardineras, depósitos; baldosas vinílicas y adhesivos antiguos). Aunque estos últimos suelen ser más estables, si se cortan o se perforan también emiten fibras, de ahí que la reforma determine la estrategia: dejar intacto, encapsular o retirar con control. La Guía Técnica del INSST y otras publicaciones técnicas incluyen listados y ejemplos prácticos que ayudan a diagnosticar y elegir el método menos arriesgado.

Reformas paso a paso cuando hay amianto

  1. Diagnóstico previo
    Un técnico competente revisa planos y estancias, identifica materiales sospechosos y propone, si procede, tomas de muestra para análisis. Con ese mapa de riesgos se define si la reforma afectará o no a esos elementos. Si no hay afección y el material está en buen estado, puede mantenerse bajo vigilancia. Si la obra va a interferirlos, se define la técnica de control (encapsular, confinar, retirar).
  2. Plan de trabajo
    Si hay que intervenir, la empresa RERA redacta el plan de trabajo con procedimientos, protecciones (ventilación, depresión, EPI, descontaminación), cronograma y gestión de residuos. El plan se presenta para aprobación a la autoridad laboral, como exige el RD 396/2006.
  3. Ejecución y control
    Durante los trabajos, se minimizan roturas, se humectan superficies para reducir polvo (sin confiar solo en la humedad), se embalan los elementos y se realiza la descontaminación de equipos y tránsito. En función del método, puede requerirse inspección visual y medición ambiental antes de liberar el área intervenida.
  4. Residuos y trazabilidad
    Todo residuo con amianto tiene código LER específico (p. ej., 17 06 05* para materiales de construcción que contienen amianto o 17 06 01* para materiales de aislamiento con amianto) y debe gestionarse como residuo peligroso por un gestor autorizado. Nunca va al contenedor común ni al punto limpio convencional. El traslado se documenta con hoja de seguimiento y el destino suele ser un vertedero o celda autorizada para amianto.

¿Y si el material está bien y no lo voy a tocar?

Si el amianto está en buen estado y la reforma no lo va a afectar, la alternativa más inteligente puede ser dejarlo donde está y monitorizar su estado con el tiempo. Esta opción —muy habitual con fibrocemento exterior en buen estado— reduce riesgos y costes, y es coherente con el principio de no generar exposición innecesaria. Eso sí, si más adelante se decide actuar (por envejecimiento, filtraciones, roturas o por un cambio de uso), habrá que hacerlo ya bajo las reglas descritas. De nuevo, esta decisión técnica coincide con el criterio del INSST: materiales anteriores a la prohibición pueden permanecer hasta el final de su vida útil si no liberan fibras.

Casos típicos en los que sí conviene retirar

  • Reformas que implican demoliciones o rozas en tabiques, techos o suelos con materiales sospechosos.
  • Bajantes de fibrocemento con fisuras o filtraciones que se van a sustituir por PVC.
  • Cubiertas de uralita con roturas, delaminaciones o socavadas por anclajes y pasos de instalaciones.
  • Suelos vinílicos y adhesivos antiguos que hay que levantar para nivelar.

En todos ellos, el plan de trabajo indicará si se requiere retirada directa o si es viable encapsular de forma segura; y, en ambos casos, la regla es la misma: empresa RERA + plan aprobado.

Cómo te ayuda Decersa

En Decersa llevamos años ayudando a propietarios, comunidades y promotoras a planificar reformas seguras y conformes a normativa cuando hay amianto en viviendas antiguas. Nuestro enfoque es práctico:

  • Diagnóstico previo para evitar sorpresas durante la obra.
  • Plan de trabajo claro, con la alternativa menos invasiva posible (encapsular, confinar o retirar).
  • Ejecución por equipos formados, con control de polvo, descontaminación y documentación completa.
  • Gestión de residuos con códigos LER correctos y gestores autorizados.
  • Cierre del área intervenida con inspección visual y, cuando procede, mediciones ambientales.

Así, la reforma avanza con seguridad, plazos realistas y sin sobresaltos legales. Si estás preparando una obra y sospechas que hay amianto, consúltanos: te diremos si hay que retirar, si es mejor encapsular o si, sencillamente, no tocar es la decisión más segura… y más inteligente.

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